Diseños premeditados

Tuve uno de esos domingos que dije: voy aprovechar para leer, mirar una película, ordenar un rato, hacer un rica comida, comprar algunas cositas  por Internet, adelantar un poco de trabajo, llamar algún familiar que está medio medio, medio pachucho. Dije:

Recorreré a fondo ésta feria americana y después llegaré a casa y leeré el periódico el resto de la jornada.

Hice todo eso y recién son las ocho de la noche de un domingo, de un domingo de calor en donde llamo a radio taxis para saber si dan ocupado.

Una placa negra (que ocupa toda la pantalla) con una tipografía blanca Helvética Black 22 dice:

Exterior noche - Supermercado – Jueves

Me encuentro con un conocido, con uno de esos conocidos que no hablas casi nunca, sin embargo lo saludas si lo topas por la calle y preguntas: (por orden de aparición) familia,  mandas saludos a todos y a cada uno de ellos; trabajo, te alegras que esté todo más o menos bien y le decís a ciencia cierta que ya vendrá el aumento; situación sentimental.

Detalle de pies, veo unas ojotas que caminan debajo de una góndola.

Sigo solo, tenemos que salir, organicemos algún día. Los dos sabemos perfectamente que nunca vamos a hablar, son esas cuestiones sociales que algunas veces hay que cumplir. Ahora viene la interpelación a uno. Cuando no hay confianza no es un ida y vuelta, hablo yo y después vos, (algunos hablan ellos y se van)

También veo unos pantalones rayados, con la botamanga mojada, habrá pisado algún charco.

Tranqui. Que se yo. La verdad, una semana como cualquier otra. No hay mucho para contar. Sigue todo igual, sin muchas novedades. Si tendría que contar algo no sabría por dónde empezar.  Porque no sabría qué. Risas de ambos conocidos.

- Siempre igual de graciosa Minga.

- Si que se yo. Bueno te voy dejando porque tengo gente en casa.

- Risas del conocido.

Minga piensa en eso que dijo: "te voy dejando" ¿es cómo que te voy dejando de a poco, te saludo en cámara lenta?

Cenital. Cada uno se va para el lado contrario. Los productos de las góndolas en perspectiva.

Ya en la caja, una señora, esas señoras que dicen: “por gente como usted, el país está como está” reclama que en éste supermercado no quieren ponerle doble bolsa.    

Mientras hago la fila, me pongo a pensar en la pregunta de mañana para “Revista de chicas”. 

Pantalones rayados y ojotas se aproxima. Es la primera vez que lo vemos tan cerca.

a. ¿Pasaste por una vidriera, miraste tu reflejo e hiciste caras extrañas? Atrás había gente. 0 puntos.