domingo, 3 de abril de 2011

Verduras.


No sé que van a leer hoy ni sé que voy a escribir.

Escribió Minga en el subtítulo de las preguntas, opciones (generalmente tres: a, b y c. En casos muy específicos opción d) y conclusiones que hace una vez por mes para Revista de chicas.
El espaciador quedó titilando porqué entró en escena Jorge, el tesorero.
Jorge, el tesorero es un señor que interrumpe. No sólo por el hecho de interrumpir en sí, sino porque no tiene otra cosa que hacer.
Jorge, el tesorero. Dominga (es el único de nuestros personajes que la llama así)
Minga. Si. (sin despegar la vista de la pantalla de la computadora)
Jorge, el tesorero. Sólo quería nombrarte una vez al día sino tu nombre no se escucha durante toda la jornada y quiero que de ahora en más tengas un poco más de presencia. Tus últimas redacciones estuvieron, ¿cómo te puedo decir? Muy bien y puedo ofrecerte algo que te puede interesar.
Minga. No me interesa.
Jorge, el tesorero. Sí. Te va a interesar por eso vengo a interrumpir no es una interrupción como las demás es una interrupción con un sentido que tiene una dirección real.
Avenida Córdoba al 5000. Una entrevista. Un currito que podes tener aparte, que se yo, para comprarte alguna pilchita, ir más a la peluquería, un gusto, esos que no te podes dar y que te quejas, porque escucho que te quejas.
Minga. ¿De qué se trata?
Jorge, el tesorero. Es un trabajo especial. Un rubro muy solicitado, mucho público, básico pero deja buen billete.
Minga. No me seduce tu descripción.
Jorge, el tesorero. ¿Y yo?
La cara de Minga queda congelada. Audio de risas que salen de Jorge, el tesorero.

Minga sale del trabajo. Camina tres cuadras, en la tercera siempre ve el mismo escenario: niños jugando con una pelota en un cuadrado de cemento, suele caer la pelota cerca de ella, nunca se las alcanza no le gustan los niños, menos si ellos se divierten todo el día gratis.
Entra alguien a escena, un extra que no esperábamos. 
A lo largo de la vida comprobé cuanto me agradan los picnics y toda suerte de meriendas campestres, aunque vuelvo de estos paseos con dolor de cintura, con dolor de estómago, con dolor de cabeza y con las manos sucias.
Me gusta. Si tuviera que agregar un click en una red social con fondo cyan – pensó Minga-   
Echó a reír porque estaba en unos de esos días alegres y tontos.
Inconsciente. Ahí está.
Creo que me enamoré inmediatamente, aunque es posible que el proceso de enamoramiento dure una semana – volvió a pensar Minga.
-         Esta vez no te escapas.
Luego de decir ésto, alcanza la pelota a los niños. 
Inconsciente. Ni loca.
-         ¿Te conozco?
-         Góndolas, ricota, yogurth. Claro que me conoces
-         ¿Sos el Sr. Coto?
-         Soy el que te busca todos los días en el supermercado.
Nunca lo había tenido tan cerca, parecen esos famosos que quiero conocer y ahora no sé que decir, ni donde mirar, ni que cara hacer.   
-         ¿Nunca me encontraste?
-         Si, ahora te encontré.

(Continúa el domingo próximo)

7 comentarios:

Santiago dijo...

"Minga sale del trabajo. Camina tres cuadras, en la tercera siempre ve el mismo escenario: niños jugando con una pelota en un cuadrado de cemento..." Deja vú! jaja que genia

Santi dijo...

Volví :)
Muy bueno. Te quiero!.

Flor dijo...

nooooo se encuentra con el chico de ojotas! jajaja

Vivian Flores dijo...

Dale Dominga!!! Que buena onda que aparecio "ojotas" de nuevo, dale una oportunidad!!

Shei dijo...

No me dejes asiiiiiiiii ajajjaj que bueno el jack ya me aburria ajajajaj quiero un acercamiento con el chico cotoo!!!
Te banco mingui

Shei dijo...

No me dejes asiiiiiiiii ajajjaj que bueno el jack ya me aburria ajajajaj quiero un acercamiento con el chico cotoo!!!
Te banco mingui

lili dijo...

Ah genial, el chico Coto volviò, porque nidaba con el tesorero jajajaj, que lindo recurso cuando todos ya casi nos olvidabamos vuelven algunos personajes........