Cambio y fuera.

De estatura mediana. Pelo, casi no tiene. Tiene rasgos de haber sido rubio o colorado. Ojos celestes, sufre de cataratas por lo que tiene líneas rojas de diferentes tamaños. Su juego favorito cuando era niño era el policía y el ladrón. Arma tertulias con sus compañeros de secundaria y se quedan horas jugando. Estudió antropología, nunca ejerció. Breve sinopsis de Jorge, el tesorero.    

Minga salió del departamento. La recibió un rayo de sol que le partía la cara, no podía abrir los ojos y se tapó con la cartera. Queda expuesta. Quedaba ridícula. Hasta la puerta de entrada llegaron los dos, ellos “Minojo”, de ahora en más. Intercambiaron unas palabras antes de despedirse.

El taxi que espía puso primera o cuarta, hizo el típico ruido de cuando un auto arranca fuerte en las películas de acción. Tenía el freno de mano puesto y se fue trabando a medida que iba avanzando. Un papelón. Un bochorno. Una desazón.

Entró a trabajar a Revistas de Chicas por una tía lejana. Creemos que se llamaba Noelia la tía. No sé sabe ni que hacía Noelia ni como puede desempeñar la función de contador siendo antropólogo. Algunos pocos piensan que es un genio de los números, la gran mayoría piensa que tiene un enano en su oficina, que es él que le hace todo el trabajo (los compañeros de oficina le dejan comida a Marciel, el enano, porque supuestamente su hogar es ese) y uno solo, piensa que es una persona sobre natural que tiene poderes. Nadie le cree, pero todos los escuchamos.

Ojotas. ¿Sabes dónde para el bondi?

Minga. No. Voy a caminar

Cursi dijo yeah. Que interesante. 

Ojotas. Para. Me cambio y te acompaño

Minga. No, opto por ir sola. Por hoy ya pasamos mucho tiempo juntos. No es recomendable.

Ojotas. ¿Quién lo dice Ashira o lo escribís vos?

Minga. Lo vi en una película. Me encantaría terminar la frase con un idiota, pero no quiero despedirme mal.

Ojotas. Ojotas se ríe. Ok, como usted diga niña.

Minga. Primero me podes tutear y segundo: no soy una niña. Me voy yendo la pasamos bien salvo tu gato que me jodió toda la noche.

Ojotas la miraba y se reía.

Inconsciente. No te pidió el celular no te vayas tan rápido.

Es verdad se contesta así misma.

Minga. ¿No me olvidé nada arriba, no? No, porque siempre soy de olvidarme cosas después no las recupero…

Ojotas. ¿Querés subir de nuevo? No hay problema. Me parece que en realidad no te querés ir.

Desde arriba del taxi se escuchó un prip. de handy. Algo así como: siguen hablando, parece que ella quiere conseguir el celular del pibe. Prip. ¡Uh! No te vas más. ¿Te llevo un pebete? Debes estar cagado de hambre. Prip. Estoy acostumbrado, pero si tenés ganas traete uno. Prip. ¿Cocido y queso? Prip. No, crudo y queso con manteca. Prip.

Minga. No me hagas reír Ojotas por favor, mira si voy a querer subir de nuevo a tu departamento con ese gato horrible, había un olor insoportable con las piedritas en el baño.

Ojotas. Ah, me pareció que la pasaste muy bien.

Minga. Si, normal. Una noche más.

Ojotas. ¿Queres subir de nuevo o no? No tengo problema.

Minga. No, quiero tu número de celular.