domingo, 19 de junio de 2011

Té para tres.


Llueve. Y cuando llueve se extraña. No sabe qué. Pero algo pasa en el cuerpo. Cuando llueve Minga quiere hacer cosas que no hace un día de sol, "para dormir y taparse hasta el cuello y dejar las manos libres para un libro". Todo, sin excepción, mojado se ve diferente. “… Bla bla bla bla bla bla bla bla…” llueve sobre mojado, dice un gallego y un rosarino. Cuando llueve, Minga cambia los muebles de lugar o limpia la alacena. 
La alacena es un cubículo en donde se guardan alimentos para comer algún día. Alimentos que se guardan para cuando no hay. Harina, un paquete de pan rayado, una lata de tomates. Sí, en general son latas. Las latas lindas son las que se abren con el ganchito, con el abridor incorporado. A,b,c,d, … y cuando toca la letra del chico que te gusta es buena señal, pero esto pasa en las gaseosas de lata individuales. Minga hace el intento con una lata de atún, se rompe antes que llegue a la O.  
La pantalla se divide en tres. 
La alacena está vacía. Sin latas, sin abridores, sin letras de chicos que le gustan. Minga va al supermercado para ver si encuentra algo para llenar ese "hueco". Intenta en un almacén, para evitar recuerdos. Entra y sale.
Inconsciente. Querés ir al supermercado, no al almacén.
Pantalla dividida en tres. Minga yendo al supermercado donde aquella vez explotó el yogurt de frutilla, donde sonó Kevin, dónde el capítulo fue clave.
En el medio está Ojotas, aburrido. Pensando en algo que ni él sabe. Ojotas nunca sabe en que piensa, hace conjeturas extrañas sobre la vida. Arma teorías y las escribe en una libretita. Ojotas sale a pasear al perro, lo hace una vez cada tanto porque no es un perro de él.  Del lado derecho está Jorge, el tesorero intentando comunicarse con Ojotas. No puede y lo va a buscar a la casa, tiene que darle un mensaje importante para el proyecto. Urge.  
Minga camina por las tres calles que la separan del supermercado con mucha contaminación sonora. Ojotas tiene auriculares, escucha música folk rock. Jorge, el tesorero tiene cera en los oídos y no escucha los detalles sonoros que pasan por su lado.
Minga llega a la puerta del supermercado. Los pies de ojotas aparecen. Jorge, el tesorero camina apurado. Agitado. Está con sobre peso.
El perro ladra. Ojotas se da vuelta. Minga lo ve. Ojotas se saca los auriculares. Se miran. Se ríen. Se acercan.
Jorge, el tesorero los ve. Le caen gotas de la frente.
Ojotas. Nunca me llegó tu mail
Minga. Me lo diste mal
Ojotas. Si, soy malísimo. Perdoname. Te vine a buscar ayer al super, no te ví y eso me puso down.
Minga. ¿Entras al super?
Guau, guau, guau
Ojotas. No, estoy con él. Estoy con un perro funk. 
Minga. No me quiere tu perro funk.
Ojotas. El perro no sé, yo si.
Minga. Ah. ¿el dueño me quiere?
Ojotas. No sé el dueño, yo si.
Minga. (…) cara de no saber que decir.
Ojotas. No soy el dueño del perro.
Guau guau guau
Minga. (…) cara de alivio.
Ojotas. ¿Te puedo dar un beso?
Minga. Eh. ¿Acá? 
Ojotas. No sé, si querés entramos entre las góndolas.
Se ríen. Se acercan. Se besan.
Jorge, el tesorero. La puta madre. Le comió la boca no más. El plan termina acá. Sacalo del medio a Ojotas. Prip. Que ingrese de nuevo Jack. Prip.
Minga. (…) cara de tarada.
Ahora, la pantalla se divide en dos. Minga y Ojotas se besan largo y Jorge, el tesorero mira.  



5 comentarios:

Mariana dijo...

lindo capítulo! para un domingo como hoy.

Medhusas dijo...

Pienso como Mariana!
Buen viaje MingaMai!

Anónimo dijo...

Es toda una farsa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

mariano dijo...

perro funk! rock and roll.

Juan dijo...

Cara de tarada!!!! ahhhhh.