La Conclusión

Minga está yendo a un salón bailable, mientras camina. Piensa.

¿Por qué los hombres quieren tener sexo con personas desconocidas? ¿Para complacerse a ellos? ¡Nooo! para decirles a sus amigos: “¡No sabes la mina que me levanté!”
Los hombres no bailan. No saben bailar, y como no saben bailar, no saben distinguir entre mujeres que bailan bien de las que bailan mal. Para ellos, toda mujer que baila en un boliche sabe bailar. El hombre no nació para bailar. La mujer se mueve para todos lados y queda bien. El hombre se mueve para todos lados y llaman a una ambulancia pensando que sufre epilepsia.

Entra. Visualiza el lugar, la barra (su aliada cuando está sola). Ve a cuatro amigos hablando con unos tragos en la mano, se empujan, uno le pega en la cabeza a otro.

Deciden separarse entre el grupo de amigos, piensan que lo mejor es dividirse de la competencia, como mucho de a dos. La chica sola, al costado de la pista, es víctima perfecta;
Viene para acá, viene para acá, viene para acá, ¿qué hago? Nada. Porque paso de largo. Mierda.
Minga: Un vodka doble, por favor.
Un chico de la barra: No existe el vodka doble.

Es probable que se crucen con sus amigos en la pista; únicamente van intervenir si ven que necesitan limpiar a alguna amiga que obstaculice el trabajo. Es fundamental que el acercamiento sea natural y con humor.

Un chico ñoño pero con tono sexy: Hola nena, soy asquerosamente rico. ¿Vamos?
Minga: No gracias, son las tres recién.

Ya es tarde y los hombres se desesperan, es la hora de la lástima, sino levantaron nada se ponen borrachos porque sino se van solos. Ya no saben que hacer, se ponen ansiosos porque el tiempo los corre y siguen solos.

Un chico lindo pero borracho: Hola, soy un refugiado bosnio. ¡Por favor veni conmigo!
Minga: No, porque me parece que vas a vomitar.

Ya no saben que hacer, ¡no se les cae una idea más! Les duele la cabeza de tanto pensar y van a lo obvio.

Un chico fuera de si: (Con tono apurado y desesperado)
Un chico fuera de si: ¡Tenes que ayudarme, por favor!
Minga: ¿Qué te pasa flaco?
Un chico fuera de si: ¡Tengo una caja de doce forros que se vence mañana! Veni, Veni, Dale!

Intenta sacar una conclusión, pero está confundida. Lo único que puede pensar es que la obviedad en los hombres es lineal.
Minga sale del salón bailable. Toma un taxi y paga con un billete de veinte pesos.