Algunas cosas no se eligen.

Néstor, el papá de Minga hace zapping mientras su mujer no deja de hablarle y pide atención. Néstor cambia sin ver lo que está pasando. Los hombres cambian de canal más que las mujeres. Ni sabe lo que está viendo.
Doña M: Querido, ¿qué es lo que vamos hacer? Nosotros ya estamos grandes, ella tiene que hacer algo, no podemos solucionarle siempre todo.
Néstor: Eso no se puede solucionar, es muy difícil de manejar éste tema, pensá que ya es bastante grande, ya la educamos, le dijimos que es lo correcto, imaginate que ni la carrera terminó, ¿que queres pedirle? ¡Ni una carrera universitaria! (se agarra el pecho)
Doña M: Viejo, ni se te ocurra dejarme sola, si te vas vos ¿qué hago con ella sola?
Parecía que tenía tanto talento cuando era chiquita. ¿Te acordas? Iba, venía. Esa chica no es estable con nada.
Néstor: Y si buscamos una más económica, debe haber alguna más barata, que se yo. De última que no le cubra todo. Lo básico. No creo que tenga problemas. Está tan demacrada. ¿Qué hace esa chica los sábados a la noche? Llamala por teléfono, seguro está viendo un documental.
Doña M: …
Néstor: Vieja me escuchas, ¿qué estas haciendo? ¿Te estás riendo de lo que estoy diciendo?
Doña M: No me estoy riendo, son las arrugas.
Tu tu tu.
Doña M: Seguro no atiende, nunca atiende cuando la llamo desde acá
¡Hola Mingui! ¿Qué tal mi amor? Con tu padre te extrañamos tanto y tenemos ganas de hablar un rato con vos.
Minga: Hola ma.
Doña M: ¿Estás ocupada? Te llamo más tarde
Minga: ¿Si te digo que si, que estoy ocupada qué hago te corto? ¿Y si te digo que no, quiere decir que estoy papando moscas? No sé que decirte mamá, en un rato estoy ahí.
Doña M: Bueno, te esperamos querida.

Minga abre la puerta y entra a su casa, a la casa de sus padres.

Para Minga existen tres tipos de silencios incómodos. En el ascensor, en un bar cuando llega el mozo con el pedido (no sabe si dejar de hablar o seguir hablando mientras sirve) y cuándo no tiene monedas para darle al boletero del cine.

Doña M: Porque cuando te sentís incómodo hablas de lo que te comprarías si ganas el quini.
Néstor: Todo el mundo lo hace.
Doña M: Mi madre me decía que criar hijos es una serie de adioses, uno tras otro, te pasas la vida despidiéndote de ellos! Y ahora Minga no estamos despidiendo de vos, de a poco…
Minga: Mamá (3 segundos) papá (sic) ¿para que me llamaron? No den vueltas.
Néstor: Querida te llamamos porque no podemos más. No podemos verte así. Nos hace muy mal.
Doña M: Está siempre igual, nunca tenes novedades nuevas
Minga: No soy una funcionaria pública, ¿qué novedades queres que tenga?
Doña M: Si hija, pero ni buenas ni malas, no tenés sobresaltos
Minga: Me encantaría mamá
Doña M: Con tu padre queremos decirte que tenés 26 años. Que tu obra social caducó. Se terminó la extensión. Tenés que pagarla vos o te quedas sin seguro médico. ¿Qué me decís?
Minga: ¿Para eso me llamaron? Me quedo sin obra social, no me importa. No tengo pensando morirme todavía.
Néstor: Todos nos estamos muriendo querida, así que no te hagas problema por eso.