domingo, 8 de enero de 2012

la vida no sólo es vulgar sino también inexplicable.

Me hubiera encantando tener aires de Amélie y conciencia social - escribió Minga en un papel crepé blanco. 
Un inconsciente desde el más allá dijo que la vida no sólo es vulgar sino también inexplicable.*
Jorge Jacobson dijo que iban a un corte comercial, que enseguida volvían y que de eso vivían. 
Un señor jubilado que miraba televisión en su casa le dijo a su mujer que el tiempo era tirano. La mujer no lo escuchó. 


Ojotas no viajó a ninguna parte y Minga tampoco. De repente, terminó. Sin explicaciones, sin dejar rastros visibles de alguna pelea, se esfumaron. Eran dos en la ciudad, pero no se encontraban. Eso a Minga le daba dolor de estómago, era como si tuviera un nudo doble de algodones y gasas esterilizadas en la garganta. Trago saliva (tres veces) y los algodones seguían ahí. Las gasas pasaron. Pensó que era algo que quedaría estático, que con el tiempo pasaría, o no. 
Por su parte lo único que podemos decir de Ojotas era que estaba confundido, en su cabeza daban vueltas vocales y consonantes, patas para arriba y para bajo. Unas arriba de las otras sin razón, ni caparazón. No tenía más pensamientos que esos y era válido, porque era Ojotas. 


Minga fue decidida a terminar sus pensamientos sobre el muchacho Ojotas, fue a un bar; el bar era oscuro, con pocas mesas, se sentó en una banqueta alta, alta porque le costó subir, las mesas estaban desocupadas, una luz daba directo a ella, se sintió importante y pidió algo fuerte con mucho hielo. 
En plano cenital, Minga apoyó el vaso vacío. En primer plano la cara de él señor del bar ofreció más. En plano detalle el dedo índice de Minga hizo el gesto de otra ronda (en este caso no hay ronda, porque Minga está sola, pero es la idea del gesto). Hizo ocho veces ese gesto y no pudo hacer el cuatro. Como en las mejores películas, después de una escena en un bar, donde el protagonista se emborracha, inmediatamente sale a caminar y así fue. Minga caminó y pensó en la luz de la televisión, en la luz que pasa por debajo de la puerta y en la luz fría de un baño público. 


*Roberto Bolaño Ávalos (1953-2003)


títulos colgantes: Peter Stelncen como el señor del bar // Max Welex como el jubilado // Doña Macoña como la mujer del jubilado. una compañía asociada y música del capítulo: http://www.youtube.com/watch?v=eSbmMPozouw





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Minga hoy te vi entrañablemente querible, tranqui, sosegada y con un perfil bajo que me extrañó, como el año que comienza Minga tambien se trae cambios.....

daniel dijo...

Minga: tal vez quisiste emborracharte para olvidar.-Dicen que los borrachos y los chicos dicen siempre la verdad.- Que te dijo tu corazón en ese momento?