domingo, 27 de mayo de 2012

secretos en reunión es de mala educación.


Cuando la bebida estaba a mitad de la taza, empezó; primero llorisqueó, después lloró despacio y después lloró. Tanto que se rebalsó la taza de té y se empezaron a mojar los pies. Sintió frío por tener los pies mojados y se fue a caminar entre los árboles de la plaza. Ella llora en los jardines. 
Por pensar tanto se pasó de estación. Iba con los pies mojados y cuando tenía los pies mojados tenía frío en todo el cuerpo. Caminó y se paró frente a un restaurante que tenía un asador afuera y se quedo ahí, para no sentir frío. Ahora tenía los pies húmedos y olor a carne asada- la especialidad del restaurante era pollo al spiedo- Volvió a tomar el tren para el lado contrario y no pensó, sino se pasaba. Leyó cada uno de los nombres de las estaciones para estar atenta. Atenta como un boy scout y lista como Lisa Simpson. 

Después de estar medio día llorando en los jardines quiso volver a la normalidad de los normales. Porque ella era normal y vivía en normalidad. El sol estaba bajando, se acordó que una vez le habían regalado el sol y le pareció un acto extremadamente soberbio, ¿quién es alguien para regalar sol?, creía que se lo había regalado Jack. Jack pensaba que el sol era propiedad de él, se lo adueñó y le dijo que se lo regalaba. Que acto tan solemne, tan barato. El sol es de todos. No quiso pensar más en eso porque sino iba a darle un ataque de rabia incontrolable. Cuando el sol no está y la tarde cae al fin todos los problemas se vuleven más graves, se hinchan, se vuelven pesados, densos e insolucionables. A la noche todo se vuelve confunso. En esa confusión eterna se durmió, en posición fetal. Y también tuvo sueños confusos. 
Y defintivamente a la mañana siguiente no quiso levantarse. No quería ver el nuevo día de frente. No quería verle la cara. No quería saludarlo. Se despertó tres veces y las tres veces intentó dormir de nuevo, no pudo. No dijo buen día y se quedó ahí, en posición horizontal, pensando en dormir. Al rato sonó la puerta de su casa, del monoambiente, era Sandoval. 
- Sí, buen día
- Buenas tardes. Perdón, ¿la desperté? 
- No, hace rato que no puedo dormir. Aunque mi estado fisico sea de dormir, no tengo la cara marcada de dormir porque no pude, sólo un poco de ojeras, ¿no?- se miró al espejo que colgaba al lado suyo- 
- Dos veces perdón, todos tenemos problemas y los peores momentos son a la mañana y en la cocina. No tengo dudas de eso. Pero vengo con una buena noticia.
-¿Hay otro simulacro de incendio?
- Si y usted fue elegida para ser la capitana. Pienso que puede estar a la altura de las circunstancias. 
- Que buena noticia, hoy necesitaba cambiar de persona. 


Hoy: participación especial de Sandoval. Cortina de música.
http://www.youtube.com/watch?v=SLcRGkG9LoE 









1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero entonces hay más de un sol? Porque a María ya se lo habían regalado!!! Tal vez lo devolvió....