domingo, 20 de mayo de 2012

aquí estoy, aquí no.

Apenas pasó, sintió un un nudo en la boca del estómago. 
En la boca del estómago, donde las sustancias se revuelven y se van, o se revuelven y se quedan o sólo queda revuelto y se hace un nudo, un nudo chiquito. Y queda ahí, crece de vez en cuando. Por largos momentos está estático, por cortos (de esos momentos) se infla y se desinfla. Por dentro se vuelve color morado. Con textura venosa. Con características estupefactas. Casi sin vida. Y late. Poco, pero late con cortes intermitentes. 
En los largos momentos que está quieto no se siente la presencia. Está ausente. Faltó por enfermedad. Tres ausentes y está descalificado, dijeron desde la boca del estómago. Y se quedó ahí, inmutable en silencio. Cómodo. Eso es el dolor, le contaron a Minga. 
Y decidió, para ser original, hacer actividades que tengan que ver con el dolor. 


Desde una puesta cenital hay una cama una plaza con un acolchado color celeste gastado y un ventilador da vueltas en nivel uno, da vueltas despacio, casi no da aire, pero ventila. Hay una ventana también con dos hojas, que da a una calle ruidosa con muchos edificios, hay murciélagos y ratas que hacer ruido por la noche. Son tremendamente insoportables. Insufribles.
Desde una puesta normal en una calle, con un poco de perspectiva camina, con negocios cerrados, con persianas bajas y ventanas bajas, algunos con candados. Hay basuras que esperan en el escalón del negocio. Es todo muy gris. Está por llover también. Mucha humedad. Está pesado el aire. Si Minga fuera asmática, tendría que estar con un puff en el bolso. Casi no hay autos y los taxis pasan llenos. Son dos cuadras así, después viene la avenida, siempre viene la avenida.
Desde una puesta baja con dirección a un banco de plaza está sentada. Es un gran día de sol y las parejas de la mano muestran todo su amor. Se besan y se abrazan. Está con una taza de té, toma la taza con las dos manos, es un té de hierbas color verde claro, todavía tiene el saquito colgando de la taza. La taza tenía una inscripción que rezaba: "Feliz cumpleaños, somo mejores amigas", la taza estaba un poco carcomida en los bordes y el blanco de la taza no era blanco como los juegos de vajillas nuevos. Estaba bebiendo el té de a sorbos cortos, porque salía humo, estaba caliente. Cuando la bebida estaba a mitad de la taza, empezó; primero llorisqueó, después lloró despacio y después lloró. Tanto que se rebalsó la taza de té y se empezaron a mojar los pies. Sintió frío por tener los pies mojados y se fue a caminar entre los árboles de la plaza. Ella llora en los jardines. 


Títulos finales y música para sentirse mejor. 
http://www.youtube.com/watch?v=aModluXiNl4






4 comentarios:

María dijo...

Quise traer el sol. Hasta las uñas se llueven.

Natalia dijo...

Ay.... qué dolorosamente bella la descripción del dolor.
Hermoso capítulo. Triste. Hermosamente triste.

yami dijo...

sad sad sad

lilu dijo...

No siempre todo es risa, este domingo fue brutalmente nostálgico, preciosa descripción.