Se corrió el pelo para atrás, con ambas manos, para que no le moleste en la cara. Le quedaron las orejas para afuera, como dos lamparones.
Minga está en una fiesta. Una fiesta donde personas vestidas iguales sirven bocaditos fríos y calientes. Chiquititos, de muchos muchos colores y formas: con estrellitas, redondos, rectangulares y con forma de sol. Parece que la gente está incómoda y no sabe que postura adoptar, en cambio otros están cómodos. Sentados.
Se escucha música instrumental, de acompañamiento. De sala de espera. Esa música donde mujeres cantan como si estuvieran relajadas pero gritando, sonaba todo muy grunge.
El olor era a coco o vainilla. O una mezcla de los dos. La temperatura es ambiente tirando a fresca. Parecía todo limpio. El lugar estaba esperándolos.
Minga llevaba un vestido Jackie y unos tacones altos y lejanos.
- Prip. Se emperifolló la piba – Dijo Jorge, el tesorero.
El pasillo estaba dividido en dos: (nuestra vista es cenital) al pasillo lo dividía una enorme pecera, con peces de todos los colores; azules y celestes, naranja como un pato, rojos y magentas, amarillos primavera y verdes militares, negros lutos y transparentes como un invisible.
Azul caminaba de un lado y Minga, claro, del otro. Azul llevaba un saco de pana gris, combinaba con su nombre y con Minga. Azul la miró y no se inmutó. Los peces estaban en el medio, molestando. Minga lo miró. Azul miraba los peces. Después se miraron.
El pasillo no tenía fin. Azul mostró sobre el vidrio de la pecera un cartelito que decía: ¿tiramos o empujamos? Minga, sacó da su cartera sobre (en las carteras sobre solo entra papel) un papel que decía: Vos empujá y yo tiro.
Azul hizo señas con la mano como: chocá los cinco, pero quizó decir: esperá o stop. Se dio vuelta para saludar a alguien, Minga tomó un canapé de pescado crudo que ofrecían por ahí. Cómo Azul tardaba, a través de la pecera podía ver que seguía conversando, tomó dos copas de vino rosado. Se cansó de esperar y tocó el vidrio de la pecera con una llave que llevaba en la cartera sobre. A los dos toques, Azul se dio cuenta que era para él. Saludó a la persona y le dijo que tenía que irse, que tenía que empujar y que la chica que estaba del otro lado, tenía que tirar. La persona, extrañada, le ofreció ayuda. Azul se negó. Caminaron a lo largo del pasillo para alejarse de los extraños, muchos de pelos largos.
Casi cuando no había nadie, Azul empujó y Minga tiró.
Punto aparte.*
* Punto aparte: quiere decir que el capítulo, continúa el domingo próximo.
títulos y cortina musical: http://www.youtube.com/watch?v=mS3a46HYXBI
2 comentarios:
ESPERO EL DESENLACE, SERÁ UN TIRA Y AFLOJE ?
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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